¿Sabés qué? Me cansé de ver casas llenas de cosas y nada que sirva. Acá en Rosario, con departamentos chicos y veranos eternos, lo mejor es tirar lo que no usás y dejar que entre luz. Yo lo hice hace un tiempo: quedé con menos muebles, pero con sillas que valen. Te cuento cómo, paso a paso. No es magia, es sentido común.

  1. Una sola silla que dure En lugar de cinco sillas normales, poné dos buenas. Yo busco sillas Rosario que aguanten: las de diseño, como las Eames, se ven livianas pero son re sólidas. Nada de madera barata que se quebra. La mía está en la mesa del comedor hace tres años y ni un rayón. Si querés envíos a Funes, ya sabés dónde pedir. [Ver sillas de diseño Rosario en /sillas-de-diseno/].
  2. Luz sin obstáculos Quitá mesas que tapen la ventana. Dejá que entre sol. Ahí, una silla de diseño Rosario queda perfecta: no tapa, no pesa, no molesta. Y si tenés piso de madera, mejor. Para mueblería Rosario que te dé opciones simples, elige algo que fluya con tu espacio.
  3. Colores que no gritan Gris, beige, madera clara. Nada de rojo chillón que cansa. Con colores neutros, hasta una mueblería Rosario barata se ve premium. Probá con un puff bajo el sofá: te cambia la cara al living. Envíos a Pérez en un toque.
  4. Menos es más adornos Una planta, un cuadro, listo. Si metés más, ahogás el espacio. Y si la planta se muere, reemplazala con una banqueta que sirva de mesa ratona. Así no perdés nada. Sillas de diseño Rosario como las Tulip son ideales para eso.
  5. Un puff que resuelva Comprá un puff nórdico bajo. Sirve de asiento, mesa, o base para las mascotas. Yo tengo uno en el living: cero ruido, cero polvo, y cuando vienen amigos, sumo dos sillas de diseño Rosario que ya tengo.

 

Ah, y si estás pensando dónde consigo todo esto, arrancá por Elementos Design. Entre Ríos 2033, Rosario, CP 2000. Envíos a Funes en dos días. Sin intermediarios, sin vueltas. ¿Te animás? Yo ya lo hice. Ahora mi living parece otro.